
La cosa es: si estos cuentos llevan siendo los mismos durante tantos años, ¿por qué somos la única generación, digamos, traumatizada por los príncipes y las princesas de los cuentos? ¿Os pensáis que vuestras madres, abuelas y tataratatarabuelas no soñaban con un príncipe que cogiese su zapato de cristal y vivir una vida de ensueño en un castillo, felices y comiendo perdices? La diferencia es que llega un punto en el que esas niñas se dieron cuenta de los príncipes son pocos, y están cogidos. Así que a lo mejor, en vez del galante heredero al trono nos tenemos que conformar con el panadero real o el escudero, pero nunca hay que perder la magia y el romanticismo. Sabed que detrás de cada persona hay un príncipe o princesa que descubrir, que puede llevarte a los mismos mundos fantásticos y hacer de tu vida un cuento de hadas, o una pesadilla, según el carácter del susodicho.
Por tanto, y dejándolo como conclusión: Chicas, no va a aparecer un príncipe en vuestras vidas, a no ser que salgáis a buscarlo. Y es muy probable que os topéis con sapos y gañanes hasta encontrar al adecuado. La vida es así, tampoco Cenicienta lo tuvo fácil.
3 comentarios:
a veces el principe el el panandero o el mendigo, y muchas veces incluso mejor que él. Solo hay que sabes verlo
soy Ruth XD muy bueno el blog por cierto
Tienes toda la razón :)
Gracias Ruth!! :D
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