jueves, 24 de enero de 2013

Estación de Autobuses

Tengo un cierto fetichismo extraño con la estación de autobuses de Valladolid. Tengo la manía de ir allí casi exclusivamente despedirme de alguien o a emprender viajes que me cambien la vida.
La primera vez fue con 15 primaveras a cuestas, a emprender sola un viaje hasta un lugar de Soria de cuyo nombre siempre me acuerdo. Fue un viaje que sin duda alguna cambio mi vida para siempre.
La segunda vez, fue dos años después, a despedirme de un amor de verano, al calor de los besos y de promesas susurradas. Me monté en ese autobús con otro pequeño cambio surgiendo en mi interior, latiendo con la fuerza de un volcán y empujándome a tomar decisiones de las que no me arrepiento.
No volví hasta este último verano, cuando tuve que ir a recoger y despedir a gente a la que echaba demasiado de menos, caras que llevaba muchos meses sin ver y que hicieron de mis días algo impresionante.
Este otoño tuve que ir otras dos veces, a viajar también y, como siempre, a crecer con esos viajes, a darme cuenta de demasiadas cosas...
La penúltima vez que estuve allí, fue para despedir también a otra persona, a la que veo mucho más pero a la que considero casi una hermana, con lo cual despedirse de ella también duele.Aunque sea un "hasta luego".
Y hoy, otra vez, a decir adiós al  que ha sido para mí otro hermano más durante este último mes. Has crecido mucho desde que te fuiste, y espero que no cambies demasiado para la próxima vez que nos veamos. 
Te voy a echar de menos, lo sabes.


martes, 22 de enero de 2013

En serio...

¿Quién quiere mañanas pudiendo tener noches estrelladas?

lunes, 21 de enero de 2013

15:50 de la tarde del 21/1/2013

Ya sé que es un título cuanto menos raro, pero hace referencia al momento exacto en el que lo terminé. Sin esta ubicación en el tiempo, este poema tiene bastante poco sentido, por eso es el título.



Un día más.
Sólo uno más. No es nada.
Puedo esperar, si.
Aunque ya no sé cuanto llevo, o si.
12 días (que parecen años),
288 horas exactas
en el momento que escribo.
17280 minutos hacen desde el último beso
que tu y yo nos dimos.
Y no cuento los segundos
porque aumentan cada instante, 
y me mataría pensarlo.
Son 10216800 segundos... Y contando.

Missing you




No sé lo que me pasa.
Me sobra tiempo, aire, espacio.
Los días pasan lentos, y duelen,
sin tu olor, sin tu luz,
sin tu piel contra mi piel...
Y encima el cielo lo nota
y hace llover en mi ventana.
¡Maldición! Maldito dolor y distancia.
No quiero el tiempo si no es para dártelo.
No quiero el aire si no huele a tu piel.
Y mucho menos el espacio si está entre nosotros.
¿Por qué tendré que echarte de menos?
Ojalá fuera más fácil y estuvieses a mi lado,
compartiendo mi tiempo, mi aire, mi espacio...