sábado, 14 de abril de 2012

Vals del hundimiento


Hoy hace 100 años del hundimiento del Titanic. Sí, ya sé que lo lleváis oyendo y leyendo y viendo toda una semana, pero esto no se podía quedar sin homenaje por mi parte. Lamento aburriros. Bueno, el caso es que de este suceso hay una cosa que me fascina: la orquesta del Titanic, que siguió tocando mientras el barco se hundía.
En cubierta, la gente temblaba de pánico, los niños buscaban desesperados a sus madres, había avalanchas por llegar a los botes salvavidas. Y en medio de ese caos, la música no dejó de sonar. Los músicos, con el mismo miedo que el resto de los pasajeros, se pusieron un chaleco salvavidas y, mientras todo el mundo intentaba huir de la muerte, ellos se enfrentaron a ella blandiendo sus instrumentos. Todo se iba a acabar, sabían perfectamente que iban a morir, pero no dejaron de tocar. No huyeron, no intentaron salvarse, sólo siguieron haciendo lo mejor que sabían hacer: tocar música para su público, que estaba desesperado por salvarse, angustiado por una muerte inminente... A mí me parecen auténticos héroes, no perdieron la calma ni en el fin de sus días. No se dejaron llevar por la angustia ni el miedo. Se mantuvieron firmes hasta el final, dando lo mejor de sí mismos.
Para algunas personas, el hecho de que la orquesta del Titanic siguiese tocando es un reflejo de mantener las apariencias ante situaciones difíciles, pero para mí es un ejemplo de valor y arrojo ante la adversidad. Saber que vas a morir y no tener miedo, mirar a la parca a la cara y decirle: "Aquí estoy, ante tí, con mi vida entre las manos. Y vas a tener que arrancármela junto con mi instrumento de mis dedos inertes, congelados por el agua".

2 comentarios:

Sandy dijo...

Me encanta Clausky. Los músicos siempre le dan color a la vida hasta en las situaciones más difíciles. Un aplauso para ellos =)

Claudia dijo...

Jajaja es de mis escenas favoritas de la película :)