domingo, 8 de enero de 2012

Chat

Miro a una pantalla vacía. Las últimas novedades de mis amigos, las últimas fotos que han subido, el último vídeo de moda en Youtube... Nada de esto llama mi atención esta noche. Pero, en una esquina, se enciende una pequeña luz verde. Me hablas... Y sonrío.
"-Holiiis guapete, q tal?
-Naas, aqui vagueand... y tu?
-Pos na, viend una peli q dn x la tele. S un pko aburridilla.
-Hoy nu sals?
-Nop, mis padrs s iban al cine y m toca qdarm cn mi hermana n ksa. Y tu no sals?
-Nu m aptecia dmasiado.
-Aumps... Oye qria dcirte algo... S importnte
-Ok, dime.
-Q bueno, ya se q s kmplicadillo y tal... Xo sq si no t lo digo creo q m arrepntire algun dia.
-Bueno, pues dime.
-Sq... Quizas ste no sea el mdio adcuado xa dcirtelo..."
Una pausa de un minuto, dos, tres, cuatro... No sé que decirle. Entonces me doy cuenta de que su lucecita verde se apaga. Se ha ido. Entonces empiezo a pensar en qué querría decirme. Apago el ordenador y me pongo a ver la tele, para distraerme. Al cabo de media hora suena el telefonillo. Qué raro, mis padres suelen coger las llaves. Me acerco a la puerta y cojo el auricular.
-¿Sí?
-Hola, soy yo, que quería verte para hablar contigo. ¿Puedo subir?
-¿Y has dejado a tu hermana sola en casa?
-No, está aquí abajo en pijama.
Y se oye una vocecita que dice:
-A ver tarado, que tengo sueño, abre.
Doy al botón de abrir, y voy corriendo como un rayo a cambiarme. Vaqueros, camiseta, colonia...Creo que está todo. Oigo el ascensor llegar, y suena el timbre. Abro la puerta y allí está ella, con su hermana pequeña de la mano.
-Hola, ¿podemos pasar?
-Si, claro, entrad.
Entran, y la pequeña va corriendo al sofá a ver la tele. Nosotros dos nos quedamos en la puerta. Silencio... Entonces decido empezar yo.
-Bueno, pues dime qué querías decirme.
-Es que el chat no me parecía el mejor medio para decírtelo, lo siento.
-¿Y cómo has convencido a tu hermana?
Bajas la cabeza y sonríes.
-Le he prometido mi paga de este mes.
-Vaya con tu hermana, espero que te merezca la pena.
Me miras a los ojos.
-Para mí la merece. Lo que quiero, lo que quería decirte... Es que te quiero, que no puedo aguantar un segundo más sin decirte que eres mi primer y último pensamiento de cada día... Y que me moría por hacer esto.
Te inclinas hacia mí y me besas suavemente en los labios, despacio. Después te separas y me miras a los ojos, sonriendo.
-¿Y bien?-me dices-¿Qué te parece?
-Qué no he entendido muy bien tu último argumento...
Me miras, como si no entendieses nada, con los ojos un poco empañados. Me das la espalda, así que te agarro del brazo y te obligo a mirarme.
-Eh, idiota, lo he dicho porque quiero que me lo repitas, si no te importa.
Entonces me sonríes, y me rodeas el cuello con tus brazos. Apoyas tu frente sobre la mía.
-¿Y cuántas veces quieres que lo repita?
-Mm... Sorpréndeme.
Entonces nos besamos, despacio pero con intensidad. Entonces oímos un carraspeo en el pasillo. Es su hermana, que nos mira.
-Oye, hermanita, quiero volver a casa ya. Deja de besuquearte y llévame a casa o me chivo a mamá.

No hay comentarios: