lunes, 24 de octubre de 2011

Sobre la lluvia...

Recuerdo un día de otoño como este, mucho tiempo atrás...
Recuerdo que mi madre me llevaba de la mano, y que llovía. Y yo estrenaba botas de agua aquel día, así que fui pisando todos los charcos que ponían en mi camino. Mi hermano, que iba agarrado a la otra mano de mi madre, también pisaba los charcos conmigo. Como le estábamos mojando a mi madre los pies, nos soltó. Entonces mi hermano y yo echamos una carrera a ver quien pisaba más charcos. Me sentí feliz, con el pelo suelto bajo la lluvia, con el agua salpicando bajo mis pies.
Esta mañana, me he calzado mis botas de agua y he pisado todos los charcos que he podido. Paraguas en mano, he pisoteado cualquier masa de agua delante de mis pies.
¿Por qué?
No lo sé, pero lo cierto es que me ha relajado muchísimo. Ahora ya no odio los días de lluvia.

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