jueves, 7 de noviembre de 2013

Cicatrices

(Y, pese a todo, quizás nunca sepas todo esto. Pero supongo que es mejor así)
Tu desprecio
es como una daga
que se clava hondo en mi pecho.
Y puedo fingir que no duele,
que no quema la herida,
que no habrá cicatrices.
Pero si desvistes mi alma
verás el arma,
la herida aún abierta,
la cicatriz que dejará.
Y puedo ser dura
y decir que no me importa,
que da igual.
Pero si desvistes mi alma
verás la daga,
la sangre que se derrama
y la huella tan profunda
que nunca se borrará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuando uan herida se quema, cauteriza y cicatriza
queda, pero deja de doler
no importa lo que pensemos
sucede y punto
pero ten bien claro, y espero que esta persona no llegue nunca a leer este blog porque no creo que se lo merezca, que lo unico que deberías responderle sería una mirada por encima del hombro