jueves, 28 de febrero de 2013

La materia de los sueños

Los sueños no se pueden tocar, pero los puedes sentir.
Los colocas en ese lugar secreto, los compartes con poca gente, los veneras, los cuidas, los adoras, esperando que se cumplan.
Los sueños brillan, como polvo de estrellas, aunque nadie lo vea.
La persona que los guarda, tiene el reflejo de esos sueños escondido en mirada.
Los sueños son moldeables, suaves y cálidos cuando los das forma.
Son duros y resistentes, se forjan a base de muchos pensamientos y noches en vela. Pero aún así, un mínimo roce puede hacer que se resquebrajen en un millón de pedacitos.

Y por eso, una persona con los sueños hechos pedazos es de las cosas más tristes del mundo. Por eso me siento ahora mismo como si se me hubiese escapado el alma,

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