domingo, 24 de julio de 2011

Igual...

Llevaba unos... ¿dos años? Si, casi dos años sin saber absolutamente nada de ti. Habías pasado a ser una anécdota, un folio en un cuaderno de dedicatorias, un cd con fotos, 20 mensajes de móvil que llevan como 18 meses borrados de la faz de la tierra, un nombre... Nada más que un nombre.
Y entonces hoy, de pronto, siento la repentina necesidad de averiguar qué fue de ti.
Investigo un poco y ahí estas. No has cambiado nada.
La misma cara, el mismo pelo, los mismos ojos... Exactamente iguales que cuando te conocí.
Y sin embargo, ya no es lo mismo.
Cuando te vi por primera vez sólo mirar tus ojos me producía escalofríos, una sensación que me recorría la espina dorsal por completo... Dolorosa pero dulce.
Cuando dejé de verte la cara para sólo ver tus fotos, mirarte me producía tristeza, dolor, rabia... Sólo dolor, nada de dulzura...
Ahora cuando miro las fotos, sólo es melancolía... Melancolía porque fuiste un momento especial de una quincena especial, por cómo terminaron las cosas... Pero ni dolor, ni dulzura, ni nada de nada...
Cómo cambian las cosas....

No hay comentarios: