Mi patio de vecinas

España es como un grandísimo patio de vecinas. Todo se comenta, todo se critica, tenemos una respuesta para absolutamente todo. Todos los españoles llevamos en nuestro interior a una maruja de rulos y bata de flores armada con una réplica mordaz y una zapatilla para repartir estera a diestro y siniestro. Y desde que Twitter llegó a nosotros, esa señora nuestra le da rienda suelta a su lengua y a su mano, dando zapatillazos a todo lo que pilla.
No hay más que ver las que se preparan todos los días en esta red social: que si Fulanito ya ha dicho otra sandez, que si mira con que cara han pillado a Zutanito en nosequé evento... Y en cuanto salta la liebre, o en este caso el símbolo de almohadilla, ya se abre la veda a ver quién da la mejor respuesta, cuanto más ácida e ingeniosa mejor. En 140 caracteres todo vale, y se puede decir de todo con ellos, o no decir nada y enviar una imagen. Y lo mejor es reírse, y aguantar hasta que pasen a por el siguiente hagstag, porque si contestas ya te puedes ir preparando para una lluvia de pinzas y de rulos sobre tu cabeza.
Y esto os lo digo como pan de cada día mío y de mi pequeña maruja, que en cuanto tenemos la oportunidad y el tiempo sacamos a pasear la zapatilla por el teclado. Porque aceptar tu parte del tendedero de este patio de vecinas que es España lo hace incluso más divertido.