con el pelo despeinado,
el maquillaje borrado
y su tanga en la cestita.
Cambió el queso por un porro
y la jarrita de miel
la vertió sobre la piel
de todo el cuerpo del lobo.
Las niñas son menos niñas,
y ahora se lanzan sin red
al vicio, al alcohol, la piel,
pues quieren crecer deprisa.
Y ahora Caperucita
sólo piensa en ir de fiesta.
Ya sólo va con su abuela
cuando es día de propina.
Extraída de http://www.fotolog.com/alice_kurata/ |
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