Digamos que hoy no es un día normal para nadie, y que todos nos aferraremos con fuerza a cualquiera de nuestros amuletos, porque quizás ya sea lo único que nos queda.
Hoy me levantaré con el pie izquierdo.
Acariciaré un gato negro.
Y antes de desayunar,
romperé un espejo.
Derrámare un salero,
y me vestiré entera de amarillo
sobre el escenario de un teatro
donde gritaré como una loca
"¡MACBETH, MACBETH!"
mientras abro un paraguas bajo techo.
Mientras paso bajo una escalera
brindaré a nuestra salud con un vaso de agua.
Y con el mismo pie izquierdo,
me meteré en la cama.
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