La luz se pierde, absorbida por una oscuridad inminente. Las estrellas aparecen para despedir el último rayo de sol, rojo como el fuego.
Y pensar que estos espectáculos se dan a diario, que sólo unos pocos se detienen a verlos un instante...
Apreciemos la belleza de las cosas de cada día, sean como sean. Que llevamos mucho tiempo diciéndolo pero demasiado poco, o casi nada, llevándolo a la práctica.
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